Reportan nuevo foco de rabia tras ataque de gato
Un gato enfermo de rabia atacó a tres personas en la provincia cubana de Holguín, donde en mayo pasado fallecieron tres miembros de una familia por un brote de esa enfermedad surgido a raíz de un incidente similar, informaron el viernes 25 de julio diversos medios locales.
El nuevo foco de rabia en animales, el quinto registrado en Holguín, está localizado en el municipio de Mayarí y se encuentra controlado, declaró la responsable del puesto de mando de la dirección de Salud Pública de esa provincia, Yanedlis Calviño, citada por la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Entre las medidas aplicadas luego de estos incidentes figuran la recogida de animales callejeros, una campaña de vacunación de las mascotas y la capacitación a los pobladores sobre las características de la enfermedad, explicó.
Además, indicó que el personal sanitario se ha instruido acerca de los protocolos de tratamiento para atender a las personas que son atacadas por gatos o perros, que, junto a los murciélagos y las mangostas son considerados los principales transmisores de la rabia.
La directiva explicó que las mordidas o arañazos de un animal rabioso se tratan mediante la administración de sueros y vacunas en un período de 30 días para contrarrestar la enfermedad, que se transmite a través de los nervios hasta llegar al cerebro.
Detalló que en la provincia se registraron anteriormente otros cuatro focos.
“Ante estos hechos resulta imprescindible acudir inmediatamente al médico o reportar cualquier cambio de conducta de las mascotas, entre ellas el rechazo al agua o hidrofobia”, advirtió la especialista.
La rabia es una enfermedad infecciosa del sistema nervioso central que se transmite por contacto directo con la saliva de un animal infectado y su periodo de incubación oscila entre una semana y un año.
Los síntomas en humanos incluyen fiebre, picor o quemazón en la herida, dolor de cabeza, exceso de salivación, espasmos musculares, parálisis y confusión mental y una vez que aparecen, en la gran mayoría de los casos resulta mortal.
El Ministerio de Salud Pública cubano mantiene desde 1962 un programa de control de la rabia según el cual entre 1977-1987 hubo en la isla un “silencio epidemiológico” de la enfermedad. Un año después se detectó de nuevo la trasmisión a través de animales silvestres.
En la provincia de Holguín de 1988 hasta 2000 se reportaron seis casos en dos municipios de Banes y Cacocum, y en los últimos 20 años no se había diagnosticado rabia humana, aunque sí alrededor de 60 casos de focos de rabia animal en perros, gatos, murciélagos, mangostas y bovinos.
La isla aún no cuenta con una ley de protección animal y por sus calles deambulan miles de perros y gatos. El Gobierno intenta controlar este problema a través del polémico programa estatal de Zoonosis, que recoge y sacrifica a los animales callejeros.
Varias asociaciones independientes de defensores de animales denuncian esta práctica y en su lugar abogan por la esterilización para prevenir la superpoblación.
Estos grupos organizan adopciones, campañas de vacunación y castración gratuitas. También protagonizaron en 2019 una inédita marcha por las calles de La Habana, permitida por las autoridades de la isla, donde no son usuales las manifestaciones públicas independientes.