Una niña de 8 años será declarada con muerte cerebral debido a que no responde a los estímulos primarios, luego de que se infectara de el virus de rabia, tras la mordedura de un murciélago en Oaxaca.
La rabia es una enfermedad causada por un virus de la familia Rhabdoviridae y del género Lyssavirus que puede ser zoonótico, es decir transmitida a humanos.
¿Qué es la rabia?
La rabia es una enfermedad viral que es mortal, pero prevenible. Afecta el sistema nervioso central de los mamíferos como perros, gatos, zorros e incluso al hombre.
De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos sostienen que sólo pocas especies actúan como reservorios importantes de la enfermedad.
Dado que es transmisible del animal al ser humano, la rabia es considerada una enfermedad zoonótica (o una zoonosis).
¿Cómo se contagia la rabia?
El virus de la rabia se transmite habitualmente por la saliva (mordedura) o arañazos de animales infectados y el periodo de incubación puede ser desde unas pocas semanas a varios meses, lo que puede dificultar el diagnóstico y tratamiento.
Los otros tipos de contacto, como acariciar a un animal rabioso o tener contacto con su sangre, orina o heces, no se asocian a un riesgo de infección y no se consideran exposiciones que deban causar la preocupación de transmisión de la rabia.
Los otros modos de exposición, además de las mordeduras y los rasguños, son infrecuentes. La inhalación del virus de la rabia aerolizado es una de las posibles rutas de exposición distintas de las mordeduras, pero, excepto por el personal de laboratorio, la mayoría de las personas no se encontrará con aerosoles del virus de la rabia.
Se han documentado casos de transmisión de la rabia a través de trasplantes de córnea y de órganos sólidos (vísceras macizas), pero estos también son muy infrecuentes.
¿Se contagia de persona a persona?
La exposición a una persona infectada, sea por mordedura u otro tipo de exposición, podría teóricamente transmitir la rabia, pero no se ha documentado ningún caso semejante.
El contacto casual, como tocar a una persona con rabia o el contacto con líquidos o tejidos no infecciosos (orina, sangre, heces), no se asocia al riesgo de infección.
El contacto con una persona que esté recibiendo la vacunación contra la rabia no constituye una exposición, no representa un riesgo de infección y no requiere profilaxis pos exposición
Los síntomas de la rabia
Después de una exposición a la rabia, antes de que el virus pueda provocar síntomas, debe pasar por el cuerpo y llegar al cerebro. Este tiempo entre la exposición y la aparición de síntomas se llama periodo de incubación. Eso puede durar semanas o meses. El periodo de incubación puede variar según
- donde sea el sitio de la exposición (la distancia con el cerebro),
- el tipo de virus de la rabia, y
- la inmunidad existente.
Los primeros síntomas de la rabia pueden ser muy similares a los de la gripe, como debilidad o malestar general, fiebre, o dolor de cabeza. La rabia también puede provocar malestar o la sensación de punzadas o picazón en el sitio de la mordedura. Estos síntomas pueden durar varios días.
No obstante, en cuestión de días, los signos evolucionan hacia:
- Disfunción cerebral
- Ataxia (deterioro en el equilibrio o la coordinación debido a daños en el cerebro, los nervios o los músculos)
- Debilidad
- Parálisis
- Dificultades para respirar y tragar
- Salivación excesiva
- Comportamiento anormal
- Agresividad
- Automutilación
¿Cómo se diagnostica la rabia?
En los animales, la rabia se diagnostica mediante la prueba de tinción directa de anticuerpos fluorescentes (DFA, por sus siglas en inglés), en la que se buscan antígenos virales de la rabia en el tejido cerebral. En los seres humanos, se requiere la realización de varias pruebas.
Resulta vital el diagnóstico de laboratorio de rabia rápido y preciso en los seres humanos y en otros animales con el fin de administrar oportunamente la profilaxis posexposición. En pocas horas, el laboratorio de diagnóstico puede determinar si un animal está rabioso e informar al personal médico a cargo. Si el animal no está rabioso, los resultados de laboratorio pueden evitarle al paciente traumas físicos y sicológicos innecesarios, así como la carga financiera.
Además, la identificación mediante pruebas de laboratorio de los casos de rabia positivos puede ayudar a definir los patrones epidemiológicos actuales de la enfermedad y proporcionar información adecuada para la elaboración de programas de control de la rabia.
La naturaleza de esta enfermedad impone la necesidad de que se estandaricen las pruebas y de que sean sensibles, rápidas, específicas, económicas y confiables.