Las plantas salvaron a Valente, pero a veces no alcanza
Ciudad Victoria, Tamaulipas.-Hace 6 años a Valente Mendiola le dio una embolia que lo mantiene en silla de ruedas.
Pese a su discapacidad, este noble y humilde hombre no se da por vencido; desde su domicilio vende plantas para mantenerse.
“Un día no tenía ni para tortillas; me salí a la banqueta a vender mis plantas y gracias a Dios sí me compraron”, platica.
Un amigo de él le lleva plantas de nochebuena, pero por cada planta que vende a Valente le quedan solo 10 pesos.
“Las nochebuenas las vendo en 80 pesos, la gente no las compra a ese precio, dicen que están muy caras”, señala.
Es por ello que Valente hizo un pequeño vivero; tiene plantas de mango, de papaya, durazno, pagua, guayaba y durazno.
También vende pinos, helechos, matas de chile, coronas de Cristo, cactus, entre otras.
Es desde la calle San Fernando y prolongación bulevar Práxedis Balboa, en la colonia Azteca, donde tiene su domicilio, que este hombre lucha, aún con su discapacidad, por salir adelante.
Valente siempre ha sido muy trabajador, antes de la embolia trabajaba de velador en una compañía, también fue tractorista.
Sin embargo hace 6 años todo cambió, ya no pudo trabajar después que le dio la embolia.
“Al principio me agüité mucho, me la pasaba acostado, no quería saber nada”, dice el hombre de 65 años de edad.
Aunque es muy optimista lo encontramos muy preocupado, pues desde agosto pasado dejó de recibir la pensión federal para discapacitados.
“Como ya cumplí los 65 años de edad me dijeron que ya no recibiría la pensión de discapacitado, que ahora me darían la pensión de los adultos mayores, pero hasta ahora no me ha llegado”, dice.
Valente es originario del municipio de González, tuvo dos padrastros, a uno de ellos no le gustaba trabajar, por lo que él, siendo un niño, sufrió de hambre.
“Yo tengo 5 nietecitos y por ellos me levanto todos los días a vender, para que ellos siempre tengan comida en su mesa”, expresa.
Con lágrimas Valente recuerda que de niño nunca recibió un juguete en navidad; las piedras eran sus carritos, y las tablas de madera que se encontraba tiradas eran sus espadas.
“Cuando yo jugaba con canicas era porque me las encontraba tiradas, a mí nunca me regalaron un juguete”.
Valente tiene 5 hijos; su esposa maneja un triciclo en el que recoge botes de aluminio que después vende.
Sí gustas ayudarlo comprándole alguna de sus plantas, o con cualquier otra cosa, este es su número de celular 8342103862. Dios te compensará.
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