Compartir:
Mérida, Yucatán.- En diversas partes de los Estados Unidos se han visto unos misteriosos niños con los ojos completamente negros, quienes intentan entrar a casa particulares con el pretexto de llamar por teléfono a sus papás, o bien, para pedir un vaso con agua, pero en realidad se trata de menores poseídos por espíritus demoniacos.
Este tema no pasaría de ser un caso más de los llamados “misterios sin respuesta”, de no ser que en Mérida se reportaron cuatro casos.
Se dice que la mayoría de estos pequeños rondan entre los 8 y 14 años de edad, visten ropa como cualquier otro niño y que todo sería nomal de no ser por sus ojos negros.
En Estados Unidos son conocidos como “Beks” por sus siglas en inglés (Black Eyes Kid: niños de ojos negros). Los más escépticos dicen que son sólo niños con lentes de contacto de color oscuro con la intención de asustar, pero las personas que se han encontrado cara a cara con ellos afirman que han percibido un aire de maldad.
Testigos aseguran que se puede sentir un sensación de profunda oscuridad demoníaca, entre los informes de aquellos que se encontraron con ellos con lo imposible cabe destacar que se han sentido amenazados, con pánico e incluso desorientados.
Algunos creen que esto podría ser el resultado de sus ojos, tal vez algún tipo de sugestión hipnótica utilizado con un intento de convencer a la persona para dejarles acceder al interior de su casa o vehículo. Señalan que su persistencia da miedo.
Estos casos se intensificaron a partir de 1998, cuando el periodista Brian Bethel dio a luz su extraña experiencia que había tenido una noche en la que se encontraba dentro de su automóvil; era el 16 de enero de ese año a las 9:30 de la noche, de pronto se le acercaron dos niños de entre 10 y 14 años de edad, le tocaron el vidrio del lado del conductor y de manera muy cortés le preguntaron si podía dejarlos entrar a su auto.
En su testimonio Brian explica que el vocabulario que usaban era como el de personas mayores, sin embargo, no pudo detenerse mucho tiempo a reflexionar acerca de ellos, pues a partir del momento en que se le aparecieron el lugar comenzó a tornarse sumamente siniestro y escalofriante.
Como si la vibración de esas dos personas cambiara el lugar por uno lleno de negatividad y odio. Brian señala que nunca antes había sentido tanto miedo, no les abrió las puertas del auto, pero lo niños seguían manipulando y golpeando el vidrio.
El periodista afirma que de inmediato notó lo raro de sus ojos: “Eran negro como el carbón, sin pupila, sin iris, sólo dos bolas negra que reflejaban la luz roja y blanca de la marquesina. Uno de estos “niños” me dijo lo siguiente: “Vamos, señor, no lo lastimaremos, tiene que dejarnos entrar, no tenemos armas”.
Esto me asustó a más no poder, porque con ese tono prácticamente estaba diciéndome “No necesitamos un arma”, recordó.
Y agrega: “Entonces me di cuenta de que estaba moviendo mi mano hacia la palanca de velocidad, como si mentalmente me estuvieran manipulando, hasta que uno de ellos en tono fuerte y molesto dijo: “No podemos entrar si usted no nos da permiso”.
“Entonces, decidí arrancar el auto y meter reversa. Por fortuna no había nadie detrás y salí del estacionamiento. Vi a los chicos en mi visión periférica y entonces volteé súbitamente para verlos bien. Pero ya se habían desvanecido”, finalizó.
Otro caso idéntico ocurrió tiempo después en el cementerio de Sacramento, California, en donde un oficial de policía que estaba en su patrulla vio a esos niños, que de pronto se desvanecieron y aparecieron frente a él, en la puerta del camposanto, entraron ahí y ya no salieron.
Cabe destacar que al principio se pensaba que este caso era una “crepypasta”, es decir una historia ficticia o basada en exageraciones, como muchas que hay en internet, sin embargo con el paso del tiempo y con los reportes de oficiales de la policía de EU se confirmó que era real, ya que hubo al menos 180 denuncias en diversas ciudades del país, y cinco en Monterrey, Nuevo León, tres en ciudad Madero, Tamaulipas, dos en Tijuana, Baja California y once en Culiacán, Sinaloa.
En cuanto a Mérida, dos agentes reportaron sendos por casos por separado, en donde dos niños intentaron entrar a casa particulares con el pretexto de pedir agua, pero los dueños de las casas notaron que tenía los ojos completamente negros.
Días después, dos casos más ocurrieron en el interior del panteón de Xoclán, en donde los testigos afirman que fueron a llevarle flores a un difunto y de pronto se les acercaron dos niños con los ojos completamente negros pidiendo agua, pero antes de que dijeran algo, éstos se desvanecieron.
El otro caso, ocurrido también en el cementerio de Xoclán, fue al día siguiente, cuando un señor afirma que vio a dos niños con las mismas características, pero no se le acercaron, aunque sí se esfumaron de pronto, siendo esto lo que más le llamó su atención.
No sabemos si tenga relación con lo que ocurrió en EU., pero no está de más dar a conocer este caso.
Con información de SIPSE
Este tema no pasaría de ser un caso más de los llamados “misterios sin respuesta”, de no ser que en Mérida se reportaron cuatro casos.
Se dice que la mayoría de estos pequeños rondan entre los 8 y 14 años de edad, visten ropa como cualquier otro niño y que todo sería nomal de no ser por sus ojos negros.
En Estados Unidos son conocidos como “Beks” por sus siglas en inglés (Black Eyes Kid: niños de ojos negros). Los más escépticos dicen que son sólo niños con lentes de contacto de color oscuro con la intención de asustar, pero las personas que se han encontrado cara a cara con ellos afirman que han percibido un aire de maldad.
Testigos aseguran que se puede sentir un sensación de profunda oscuridad demoníaca, entre los informes de aquellos que se encontraron con ellos con lo imposible cabe destacar que se han sentido amenazados, con pánico e incluso desorientados.
Algunos creen que esto podría ser el resultado de sus ojos, tal vez algún tipo de sugestión hipnótica utilizado con un intento de convencer a la persona para dejarles acceder al interior de su casa o vehículo. Señalan que su persistencia da miedo.
Estos casos se intensificaron a partir de 1998, cuando el periodista Brian Bethel dio a luz su extraña experiencia que había tenido una noche en la que se encontraba dentro de su automóvil; era el 16 de enero de ese año a las 9:30 de la noche, de pronto se le acercaron dos niños de entre 10 y 14 años de edad, le tocaron el vidrio del lado del conductor y de manera muy cortés le preguntaron si podía dejarlos entrar a su auto.
En su testimonio Brian explica que el vocabulario que usaban era como el de personas mayores, sin embargo, no pudo detenerse mucho tiempo a reflexionar acerca de ellos, pues a partir del momento en que se le aparecieron el lugar comenzó a tornarse sumamente siniestro y escalofriante.
Como si la vibración de esas dos personas cambiara el lugar por uno lleno de negatividad y odio. Brian señala que nunca antes había sentido tanto miedo, no les abrió las puertas del auto, pero lo niños seguían manipulando y golpeando el vidrio.
El periodista afirma que de inmediato notó lo raro de sus ojos: “Eran negro como el carbón, sin pupila, sin iris, sólo dos bolas negra que reflejaban la luz roja y blanca de la marquesina. Uno de estos “niños” me dijo lo siguiente: “Vamos, señor, no lo lastimaremos, tiene que dejarnos entrar, no tenemos armas”.
Esto me asustó a más no poder, porque con ese tono prácticamente estaba diciéndome “No necesitamos un arma”, recordó.
Y agrega: “Entonces me di cuenta de que estaba moviendo mi mano hacia la palanca de velocidad, como si mentalmente me estuvieran manipulando, hasta que uno de ellos en tono fuerte y molesto dijo: “No podemos entrar si usted no nos da permiso”.
“Entonces, decidí arrancar el auto y meter reversa. Por fortuna no había nadie detrás y salí del estacionamiento. Vi a los chicos en mi visión periférica y entonces volteé súbitamente para verlos bien. Pero ya se habían desvanecido”, finalizó.
Otro caso idéntico ocurrió tiempo después en el cementerio de Sacramento, California, en donde un oficial de policía que estaba en su patrulla vio a esos niños, que de pronto se desvanecieron y aparecieron frente a él, en la puerta del camposanto, entraron ahí y ya no salieron.
Cabe destacar que al principio se pensaba que este caso era una “crepypasta”, es decir una historia ficticia o basada en exageraciones, como muchas que hay en internet, sin embargo con el paso del tiempo y con los reportes de oficiales de la policía de EU se confirmó que era real, ya que hubo al menos 180 denuncias en diversas ciudades del país, y cinco en Monterrey, Nuevo León, tres en ciudad Madero, Tamaulipas, dos en Tijuana, Baja California y once en Culiacán, Sinaloa.
En cuanto a Mérida, dos agentes reportaron sendos por casos por separado, en donde dos niños intentaron entrar a casa particulares con el pretexto de pedir agua, pero los dueños de las casas notaron que tenía los ojos completamente negros.
Días después, dos casos más ocurrieron en el interior del panteón de Xoclán, en donde los testigos afirman que fueron a llevarle flores a un difunto y de pronto se les acercaron dos niños con los ojos completamente negros pidiendo agua, pero antes de que dijeran algo, éstos se desvanecieron.
El otro caso, ocurrido también en el cementerio de Xoclán, fue al día siguiente, cuando un señor afirma que vio a dos niños con las mismas características, pero no se le acercaron, aunque sí se esfumaron de pronto, siendo esto lo que más le llamó su atención.
No sabemos si tenga relación con lo que ocurrió en EU., pero no está de más dar a conocer este caso.
Con información de SIPSE