¿De dónde salió la expresión: “Lo agarraron como al Tigre de Santa Julia”?
El “Tigre de Santa Julia” fue un personaje de la época del porfiriato, un justiciero de nombre Jesús Negrete, que según cuenta la leyenda, les robaba a los ricos para darles a los pobres.
Derivado de esta persona nació la expresión “Lo agarraron como al Tigre de Santa Julia”, una frase muy popular en México, es común escuchar a varias personas decirla, pero pocos conocen su significado.
Jesús Negrete causo muchos conflictos al gobierno de aquella época, fue perseguido por la justicia en diversas ocasiones, pero el hábil caballero siempre lograba escapar y fue ahí donde nació el apodo “El Tigre de Santa Julia”.
Además fue nombrado de esta manera por su habilidad como soldado y sargento, pues antes de ser un maleante ingresó al Tercer Batallón de Artillería, donde solo estuvo por un corto periodo de tiempo, ya que después decidió viajar de su tierra natal Guanajuato a Ciudad de México donde formó una banda de asaltantes donde realizó diversos y fuertes atracos.
Se dice que uno de estos asaltos hubo un tiroteo donde el “Tigre de Santa Julia” mató a gendarmes, pero una vez más logró escapar. Aunque la suerte no le duró demasiado pues la fama de ser muy enamoradizo lo llevó a la desgracia.
Las autoridades cansadas de no alcanzar en ningun hecho a Jesús Negrete, idearon un plan al saber que uno de los oficiales tenía amoríos con la novia del "Tigre". En una de las ocasiones cuando se encontraba en la casa de su enamorada, cuenta la historia que Jesús comió molé y tomó pulque, por lo que salió en varias ocasiones al baño y en la última, los oficiales entraron al domicilio, al no encontrarlo en ningún lado, salieron al patio, ahí estaba el "Tigre", sentado en cuclillas y con los calzones abajo realizando una necesidad fisiológica en una nopalera.
La noticia de la detención y la forma de esta se corrió rápidamente e incluso salió en varios periódicos con la icónica frase “Lo agarraron como al Tigre de Santa Julia”.
Jesús Negrete fue acreedor a pena de muerte y se fue como los valientes de aquellos años, sin los ojos vendados pues según dijo que le sobrara valor para ver la muerte de frente. Su cuerpo fue sepultado en el panteón de Dolores Hidalgo en Guanajuato, en el año 1931 su cráneo fue sacado de ese lugar para ser estudiado, actualmente se encuentra resguardado en una caja de cristal que se exhibe en el Centro Cultural Isidro Fabela, en San Ángel.