Blackout, los tatuajes que abren la polémica
Consiste en cubrir partes del cuerpo por completo con tinta negra. En La Plata se piden cada vez más, pero varios expertos los desaconsejan
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Hasta no hace mucho, “blackout” era una palabra que casi todo el mundo asociaba con las cortinas. Pero ya no: luego de que Candelaria Tinelli apareciera mostrando su nuevo tatuaje en el cuello y que se difundiera la pierna de Messi toda tatuada de un negro profundo, los tattoo blackout comenzaron a ganar terreno y a ser cada vez más pedidos. Si bien son varios los tatuadores que los realizan y que se especializan con esta técnica, también lo son quienes desaconsejan recurrir a un modo de tatuarse tan extremo.
Si bien en un principio comenzó como un “cover up” (un tatuaje arriba de otro para taparlo definitivamente), ahora ya no se lo pide para corregir nombres de un amor perdido o un dibujo que ya no gusta sino, como marca la tendencia mundial, cubrir grandes superficies de la piel de negro, generalmente sobre diseños previos.

Varios especialistas cuestionan la composición de las tinturas negras, dado que algunas contienen carbón y compuestos de hidrocarburos policíclicos aromáticos y benzopireno, ligados a procesos de carcinogénesis
“Es una moda que llegó de Europa y acá arrancó el año pasado”, cuentan desde un local de tatuajes de la galería San Martín, donde una sesión para realizar un tatuaje de este tipo ronda los 1.500 pesos. “Por lo general se necesitan tres sesiones -se apunta-. Eso significa que rara vez un tattoo blackout baje de los 4 mil pesos. Incluso, algunos diseños pueden pasar los 10 mil”.
Deportistas, celebridades o famosos del espectáculo se vienen sumando a la movida que gana cada vez más fanáticos. La redes sociales suelen ser un espacio ideal para presentar los nuevos cambios. Sin embargo y a pesar del creciente furor, pocos reparan en los problemas para la salud que puede acarrear. Desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), de hecho, alertaron en un comunicado difundido en los últimos días que “se trata de una técnica invasiva no completamente regulada por la autoridad sanitaria y plantea riesgos por los tintes”.

En el caso del color negro, según explican los especialistas de la SAD, puede “enmascarar un diagnóstico temprano de una lesión pigmentaria potencialmente maligna” al poder migrar a los ganglios y resultar en una innecesaria ampliación quirúrgica si los mismos son analizados para evaluar progresión tumoral.
Lejos de cuestiones médicas, el tatuador platense Alejandro Celiz tampoco es muy amigo de esta técnica. “Ese negro intenso que vemos en muchas fotos es relativamente momentáneo -dice-, porque con el paso del tiempo ese color se va tornando gris. A mí en lo personal no me gusta, sobre todo porque no queda uniforme. Muchos me podrán decir que es una buena manera de tapar otro tatuaje o que, si se los protege, el color se puede mantener. Pero no es así. El negro atrae al sol y es imposible pensar en una protección de la piel todo el tiempo que haya sol. Más tarde o mas temprano termina quedando mal tanta tinta negra sobre la piel. Creo que es una moda y nada más. Una moda que en poco tiempo se va a calmar”.
Están, como se dijo, los que eligen el estilo para tapar tatuajes viejos o mal hechos y también los que se tatúan en negro grandes partes del cuerpo sólo por elección propia y una cuestión estética.
Pero varios tatuadores como Alejandro toda no parecen muy convencidos de los beneficios de cubrir todo de negro la piel. En sintonía con esta mirada se encuentra el reconocido dermatólogo Will Kirby, especialista en eliminación de tatuajes y quien en los últimos días declaró que “actualmente los artistas mezclan diferentes tintas, y un tatuaje completamente negro, que parece que solo se compone de tinta a base de carbono, puede en realidad incluir ingredientes dañinos”. Sobre esto, varios especialistas cuestionan la composición de las tinturas negras, dado que algunas contienen carbón.
Y en el carbón, el compuesto de hidrocarburos policíclicos aromáticos y benzopireno. Ellos, se explica, están relacionados a procesos de carcinogénesis, pudiendo generar cáncer cutáneo debido a que el pigmento inyectado en la piel se absorbe parcialmente a los ganglios linfáticos que drenan esa región tatuada.
Si bien en un principio comenzó como un “cover up” (un tatuaje arriba de otro para taparlo definitivamente), ahora ya no se lo pide para corregir nombres de un amor perdido o un dibujo que ya no gusta sino, como marca la tendencia mundial, cubrir grandes superficies de la piel de negro, generalmente sobre diseños previos.

Varios especialistas cuestionan la composición de las tinturas negras, dado que algunas contienen carbón y compuestos de hidrocarburos policíclicos aromáticos y benzopireno, ligados a procesos de carcinogénesis
“Es una moda que llegó de Europa y acá arrancó el año pasado”, cuentan desde un local de tatuajes de la galería San Martín, donde una sesión para realizar un tatuaje de este tipo ronda los 1.500 pesos. “Por lo general se necesitan tres sesiones -se apunta-. Eso significa que rara vez un tattoo blackout baje de los 4 mil pesos. Incluso, algunos diseños pueden pasar los 10 mil”.
Deportistas, celebridades o famosos del espectáculo se vienen sumando a la movida que gana cada vez más fanáticos. La redes sociales suelen ser un espacio ideal para presentar los nuevos cambios. Sin embargo y a pesar del creciente furor, pocos reparan en los problemas para la salud que puede acarrear. Desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), de hecho, alertaron en un comunicado difundido en los últimos días que “se trata de una técnica invasiva no completamente regulada por la autoridad sanitaria y plantea riesgos por los tintes”.

En el caso del color negro, según explican los especialistas de la SAD, puede “enmascarar un diagnóstico temprano de una lesión pigmentaria potencialmente maligna” al poder migrar a los ganglios y resultar en una innecesaria ampliación quirúrgica si los mismos son analizados para evaluar progresión tumoral.
Lejos de cuestiones médicas, el tatuador platense Alejandro Celiz tampoco es muy amigo de esta técnica. “Ese negro intenso que vemos en muchas fotos es relativamente momentáneo -dice-, porque con el paso del tiempo ese color se va tornando gris. A mí en lo personal no me gusta, sobre todo porque no queda uniforme. Muchos me podrán decir que es una buena manera de tapar otro tatuaje o que, si se los protege, el color se puede mantener. Pero no es así. El negro atrae al sol y es imposible pensar en una protección de la piel todo el tiempo que haya sol. Más tarde o mas temprano termina quedando mal tanta tinta negra sobre la piel. Creo que es una moda y nada más. Una moda que en poco tiempo se va a calmar”.
Están, como se dijo, los que eligen el estilo para tapar tatuajes viejos o mal hechos y también los que se tatúan en negro grandes partes del cuerpo sólo por elección propia y una cuestión estética.
Pero varios tatuadores como Alejandro toda no parecen muy convencidos de los beneficios de cubrir todo de negro la piel. En sintonía con esta mirada se encuentra el reconocido dermatólogo Will Kirby, especialista en eliminación de tatuajes y quien en los últimos días declaró que “actualmente los artistas mezclan diferentes tintas, y un tatuaje completamente negro, que parece que solo se compone de tinta a base de carbono, puede en realidad incluir ingredientes dañinos”. Sobre esto, varios especialistas cuestionan la composición de las tinturas negras, dado que algunas contienen carbón.
Y en el carbón, el compuesto de hidrocarburos policíclicos aromáticos y benzopireno. Ellos, se explica, están relacionados a procesos de carcinogénesis, pudiendo generar cáncer cutáneo debido a que el pigmento inyectado en la piel se absorbe parcialmente a los ganglios linfáticos que drenan esa región tatuada.