Cuando se gasta mal el presupuesto público, pero además se derrocha en lujos innecesarios, ya no solo hablamos de ineptitud del gobernante, sino de dolo y corrupción.
Esto es lo que ocurre en Victoria con Lalo Gattás, el peor alcalde que ha tenido la capital de Tamaulipas.
Lo dice la realidad, lo padecen los victorenses, pero también lo respaldan los números, sus números, los de Presupuesto de Egresos de 2023.
Porque mientras Victoria vive sin agua, inundada de basura y con calles peores que caminos rurales, el alcalde prefiere derrochar 40 millones pesos en su oficina particular.
El gasto original de por sí luce excesivo: 23 millones de pesos para la operatividad de una oficina. Pero no conforme, Gattás aumentó ese presupuesto en un 73%, hasta llegar a los 40 millones de pesos. Cómo si Victoria no tuviera necesidades más urgentes.
Pero el derroche no solo fue en su oficina.
En el rubro de compra y consumo de alimentos, el presupuesto de 1 millón de pesos lo elevó a 4 millones, 300% más. Como si su jugoso sueldo no fuera suficiente.
En más gastos inexplicables, destinó 14 millones de pesos en “asesorías” y otros 14 millones de pesos en “servicios profesionales”, de los que a la fecha no se han visto resultados, pues la ciudad sigue peor que antes.
Su derroche también alcanzó la promoción personal, un completo desperdicio ante la falta de resultados. Ahí se fueron 40 millones de pesos más.
Este despilfarro fue posible gracias a que Victoria recibió 200 millones de presupuesto extraordinario, pero Gattás en lugar de utilizarlo para aminorar la falta de agua en la ciudad, reparar fugas, drenaje, baches, alumbrado público o para la compra de camiones o patrullas de tránsito que tanta falta hacen, prefirió utilizarlo de forma opaca y discrecional en asuntos sin importancia.
Y ni qué decir de programas sociales o apoyos a las familias más necesitadas; madres solteras, grupos vulnerables, primera infancia o adultos mayores. A ellos Gattás ni los ve y ni los oye.
Como tampoco oye a los trabajadores sindicalizados del Ayuntamientos, a quienes no les ha cumplido con los pagos que por ley les corresponden.
De sus promesas de campaña ya no se acuerda porque no ha cumplido ninguna. El colmo es que busca reelegirse prometiendo lo mismo.
Sus audiencias públicas en colonias populares son una simulación. El alcalde, que ya está en su tercer año de gobierno, todavía no sabe que necesita Victoria y tiene que ir a preguntarle a la gente.
Lo peor de todo es que llega con las manos vacías y sin proponer soluciones. Una simple pantomima y posar para la foto.
En eso Gattás es el alumno más avanzado de Cabeza de Vaca, es el estilo panista de gobernar.
Gattás no tiene el menor empacho en reconocer que pactó con el ex gobernador el fondo de capitalidad que recibió en su primer año de administración.
Lo que todavía no ha explicado es lo que tuvo que dar a cambio. Lo que si sabemos es que los ex alcaldes panistas siguen impunes.
Con Gattás, Victoria vive un vacío de gobernabilidad que el alcalde pretende disfrazar con foquitos y pintura en los cordones de las banquetas. A eso se limitan sus propuestas de gobierno.
La traición de Gattás a MORENA es evidente. Traición a sus valores, a su gobierno, incluso a su clase política, pero sobre todo al pueblo.
El problema de las manzanas podridas no es solo su desperdicio, sino que además terminan contaminando al resto.
Pues eso.
Es bueno saberlo: 1) La Asamblea Universitaria declaró al MVZ Dámaso Leonardo Anaya Alvarado como rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y le hizo entrega de la constancia que lo acredita para dirigir a la máxima casa de estudios de Tamaulipas durante el período 2024-2028.
En la sesión extraordinaria, realizada en el Centro de Excelencia del Campus Victoria, la Asamblea Universitaria, por conducto de la Junta Permanente, en funciones de colegio electoral, presentó los resultados del cómputo general de la votación para la elección rectoral realizada el pasado 7 de febrero, en las veintiséis dependencias académicas de la UAT.
El órgano colegiado informó que la jornada se realizó sin incidentes y en un ambiente de civilidad y madurez política de la comunidad universitaria.
Una vez que la Asamblea aprobó el dictamen y procedimientos apegados al Estatuto Orgánico de la Universidad, Dámaso Anaya hizo uso de la palabra para agradecer a la comunidad estudiantil y docente, así como a directoras y directores de los planteles universitarios, su respaldo y confianza para encabezar la rectoría.
“Quiero iniciar expresando mi más sincero agradecimiento a cada uno de ustedes: docentes, alumnos, investigadores y personal administrativo por la confianza y el respaldo que han depositado en mí para guiar a nuestra estimada institución hacia nuevos horizontes”, expresó.
Subrayó también el respaldo que le otorgó la comunidad estudiantil: “La unidad universitaria será el cimiento sobre el cual impulsaremos una educación humanista que responda a los desafíos de nuestro tiempo”, dijo.
De igual manera, agradeció el apoyo de maestras y maestros: “Quiero invitarlos a todas y todos a unirse a este esfuerzo colectivo. Solo a través de la colaboración y compromiso conjunto podremos alcanzar las metas que nos planteamos”, agregó.
Reiteró el compromiso de trabajar con la comunidad universitaria para diagnosticar y explorar propuestas y oportunidades en la construcción de un plan de acción que sume voluntades e ideas de todos los universitarios.
En su mensaje, Dámaso Anaya aseguró estar convencido de que “juntos lograremos hacer de nuestra Universidad un referente nacional e internacional en la educación humanista, la equidad de género y la excelencia académica”, concluyó.
Por otro lado, el rector aprovechó la ocasión para expresar su profundo reconocimiento y respeto hacia la Mtra. Juana Maribel Soberón García por su valiosa contribución y compromiso en este proceso electoral, el cual es inédito en la historia de la UAT al registrar por primera vez la participación de una mujer, y más en una candidatura a la rectoría.