Ni la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús en la fe católica, pudo detener el calendario electoral en Tamaulipas, y mucho menos los conflictos entre candidatos, partidos y autoridades.
Primero apareció el perdido. Mario Llergo, el diputado federal que apenas hace unas semanas salió huyendo de Tamaulipas en su calidad de delegado de MORENA, finalmente dio señales de vida.
Reapareció en el pleno del INE, allá en la Ciudad de México, para defender la candidatura de Makito a la alcaldía de Reynosa.
Suponemos que también defendía sus intereses personales y los de Mario Delgado, porque su defensa fue apasionada pero sin argumentos de peso.
En todo caso estaba en el lugar y momento equivocado, como lo demostró la Sala Regional del Tribunal Electoral con sede en Monterrey, y es que sus magistrados ratificaron por unanimidad que Carlos Peña Ortiz no cuenta con sus derechos políticos vigentes y por lo tanto no puede competir por la alcaldía de Reynosa.
Todavía queda una última instancia, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero se ve muy difícil que se reviertan las dos sentencias anteriores.
Como intermedio de esta obra que todavía no concluye, la Sala Regional regañó al IETAM y al Tribunal Electoral del Estado, por aprobar la coalición del PRIAN sin que estos partidos hubieran cumplido con los requisitos que marca la ley.
Sin embargo, ofreció una prórroga para que presentaran la documentación faltante, y por segunda vez el IETAM aprobó la coalición.
La reacción de MORENA no se hizo esperar, calificando al IETAM como defensores del PRIAN
Yuriria Iturbe dijo que presentarán un recurso de inconformidad y además solicitarán la remoción de los consejeros electorales al violar los principios rectores de la función electoral.
El asunto es que MORENA tendrá que estar vigilante en todo el proceso electoral, no solo de sus adversarios políticos, sino también de las propias autoridades electorales de Tamaulipas, porque todavía no empiezan las campañas y ya mostraron sus verdaderos colores.
Si ponemos en un marcador las decisiones de la Sala Superior, podemos alegar qué partido sale más beneficiado, pero lo que no está a discusión es quién resulta como el más perjudicado.
Y ese es el Partido Verde.
Primero porque está claro que el poder tras Carlos Peña es su madre, Maki Ortiz, quien busca ahora volver a un cargo público con su tercer partido político.
Reynosa es en todo caso su bastión electoral, por muy grande o chico que usted lo considere. Así que la no reelección de su hijo es un duro golpe para su futuro político.
Especialmente si resultan ciertos los rumores sobre su candidatura por MORENA primero, y luego la de su hijo a la alcaldía, fueron negociadas económicamente con Mario Delgado, al igual que su defensa con el INE.
Esto por supuesto que afecta también las aspiraciones de Eugenio Hernández, el más débil de la fórmula. De ahí que el ex gobernador prófugo de los Estados Unidos, ocupe que Maki y el resto de los candidatos del Verde jalen los votos y pongan los recursos.
En el otro asunto, el de la coalición del PRIAN, también sale perdiendo el Partido Verde como tercero interesado.
Porque MORENA es la primer fuerza política en el estado, y ya le ganó la gubernatura, las alcaldías y la mayoría del Congreso local al PRIAN, mientras que el Verde se reactivó por la urgencia de impunidad que tiene Eugenio Hernández y su miedo a ser extraditado.
De ahí que tenga primero que competir con el PRIAN por el tercer puesto, cosa que es más difícil si ambos partidos están juntos. La elección extraordinaria al Senado ya fue constancia de ello.
Así que esto es apenas el comienzo del proceso electoral local, y está claro que la pelea no solo será en las urnas, sino también en los tribunales.
Y los partidos y candidatos ya se dieron por enterados.
Pues eso.