Al que le cayó como anillo al dedo la pandemia del coronavirus fue al ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington.
Y es que su juicio, que estaba programado para iniciar el próximo 20 de mayo, fue pospuesto por la Corte Federal Del Distrito Sur de Texas y será hasta el 22 de septiembre cuando se realice.
La audiencia previa al juicio será el 12 de agosto, mientras que la selección del jurado se hará el 15 de septiembre de este año.
El pasado 9 de abril, Yarrington cumplió tres año desde su detención en Florencia, Italia, en 2017.
Un año después, el 20 de abril de 2018, las autoridades italianas extraditaron al matamorense a los Estados Unidos, donde es acusado por las autoridades americanas, quienes lo buscan desde 2013 por conspirar para lavar dinero, fraude bancario y delitos contra la salud.
Así que dos años ha tardado su proceso, que ha visto en ese lapso cinco aplazamientos del juicio, pues el caso ha sido clasificado por la defensa y la propia Fiscalía de complejo.
Esta claro que durante todo este tiempo Yarrington ha intentado llegar a un acuerdo con sus acusadores, un intercambio de información relevante para la Fiscalía a cambio de una reducción en su condena.
Pero tal parece que Yarrington ha agotado todas sus opciones, pues este último aplazamiento obedece a los retrasos ocasionados por la contingencia sanitaria.
El juicio del ex gobernador de Tamaulipas levantará mucho interés tanto de las autoridades mexicanas como estadounidenses, pues su juicio coincide con el inicio del proceso electoral federal 2020-2021, que iniciará la primer semana de septiembre próximo y en la que estará en juego la renovación del Congreso Federal.
Porque así como ocurrió con el juicio de García Luna, se espera que Yarrington involucre a muchos políticos que participaron como cómplices en sus actividades ilegales.
Entre ellos su sucesor en la gubernatura, Eugenio Hernández Flores, lo que pondrá de nuevo bajo los reflectores su propio proceso de extradición.
Aunque Eugenio no es el único, existen más cómplices y prestanombres de Yarrington que trascendieron su sexenio e incluso prosperaron en los siguientes gobiernos, donde participaron en el financiamiento de campañas locales y federales.
Así que como ve, no es poca cosa lo que sabe Yarrington Ruvalcaba, tanto de la política tamaulipeca como del ámbito nacional.
Prófugos como Fernando Cano y Óscar Gómez volverán a ser de interés, y de nuevo la clase política y empresarial de Tamaulipas volverá a temblar con lo que pueda revelar Yarrington Ruvalcaba.
Su proceso seguramente le tiene sin cuidado al PRI, y es que los operadores de Yarrington y para el caso los de Eugenio, ahora están más cerca de Morena que de ningún otro partido político.
Así que los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional son los que pueden sufrir la escasez de recursos para sus campañas, ahora que los inversionistas busquen alejarse de la grilla para mantener un perfil bajo.
Será interesante ver si el gobierno federal colabora o no con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, que por otra parte le tiene tomado el pulso al régimen de López Obrador, quien ya les debe un favor por asumir el recorte de barriles de petróleo que le correspondía a México según el acuerdo de la OPEP.
Lo cierto es que lo que diga o deje de decir Tomás Yarrington en su juicio tendrá un impacto en las campañas del 2021, desde la selección de candidaturas hasta su financiamiento.
Y es que muchos políticos en activo, así como empresarios, se juegan su libertad en cada declaración del ex gobernador tamaulipeco.
Pues eso.