Comienza la cuenta regresiva

Gattás está con el agua hasta el cuello. La cuenta regresiva ya comenzó. 

Solo le quedan 9 días para responder las observaciones de la Auditoría Superior del Estado y el alcalde ha entrado en negación. 

Por eso dice que las observaciones son de forma y no de fondo. 

Sí así fuera la Auditoría no estuviera fincando responsabilidades administrativas y penales. 

Las consecuencias son graves: destitución y cárcel. 

Pero Gattás dice que solo le faltaron fotografías. 

Imaginamos que es muy difícil tomar fotos a obras que no existen. 

Porque las observaciones son de las cuentas públicas de  2021, 2022 y 2023, y está en trámite la de 2024, que recientemente le fue rechazada por el cabildo. 

Sin contar con las de Comapa, que son otro tanto. 

¿A todas las cuentas públicas les faltaron foto? No, esa no es la realidad. Gattás tuvo un año para aclarar las irregularidades y nunca lo hizo. 

En cambio, ahora se dedica a organizar eventos. 

Es su intento de evadir la realidad. De disfrazar la opacidad y las tranzas de normalidad, como lo haría cualquier estafador.

Las borracheras, las cabalgatas, los bailes, las rodadas en moto son sus intentos distractores. 

Con ellos quiere mostrar un músculo que no tiene, un respaldo ciudadano que no existe.

A MORENA no los puede engañar porque fueron los votos de MORENA los que ganaron la elección.

Al pueblo tampoco lo puede engañar. Lo han padecido tres años. Tres años de corrupción e ineptitud y de vivir en una ciudad en ruinas. 

Así que lo único que logra Gattás con estos eventos es engañarse solo. Engañarse y exhibirse. 

Porque los eventos no salen gratis. Se necesitan recursos ¿De dónde sale ese dinero? ¿Será el dinero de las cuentas observadas por la Auditoría? 

Porque ante la falta de respaldo ciudadano, lo que ostenta Gattás es derroche de recursos. Recursos que superan los mil millones si tomamos los montos observables como guía.

Y que ha usado en contra de los propios funcionarios, autoridades y hasta en contra del partido que lo hizo alcalde. 

Si parece opositor, opera como opositor y grazna como opositor: es un opositor. Y Gattás lo ha sido desde su primer día en la Presidencia Municipal (se acuerda de su pacto con Cabeza). 

Pero no solo él, también sus operadores. Los que lo han habilitado y le han ayudado para mantenerse en el puesto y seguir engañando a la ciudadanía. Ellos también han traicionado a su partido y a los victorenses. 

La primera excusa era su inexperiencia política, su falta de oficio, su limitada inteligencia. 

Hoy no queda lugar para la duda. Quienes apoyan a Gattás están apoyando a la oposición. Están en contra de MORENA y está en contra de Victoria. 

Y lo hacen con conocimiento de causa. Han escogido su bando.

Tampoco hay que quebrarse la cabeza para saber quienes son. El propio Gattás se ha encargado de exhibirlos como artículos de su propiedad, al igual que exhibe su propia riqueza.

Ellos también tienen el agua hasta el cuello. 

Quedan 9 días de plazo para que el proceso de la Auditoría en contra de Gattás pase a la siguiente instancia. 

Y aunque es Semana Santa, se necesita más que un milagro para que Gattás responda a las observaciones. No con borracheras o cabalgatas, ni videos de tik tok, sino con pruebas y evidencias.  

En un año no lo hizo, en 9 días resulta casi imposible.

Pues eso.