El Cabildo de Victoria frenó por cuarta vez la intentona de Gattás de imponer un Plan de Obra Municipal hecho al vapor.
La reacción del alcalde fue la esperada; ataques, intimidación, violencia y abuso verbal en contra los ediles.
A falta de argumentos, eso son los recursos que utiliza. Porque Gattás no gobierna con la razón, sino con la corrupción y la opacidad, la ilegalidad y la tranza.
Prueba de ello fue el derroche de 60 millones de pesos en el último trimestre del año. 60 millones que Gattás gastó sin rendir cuentas a nadie, y sin pedir autorización alguna, como lo exige la ley.
Esos 60 millones tenían que gastarse en obra pública y en reducir la deuda municipal, pero en lugar de eso Gattás los desvió para gastarlos en su imagen personal y en compensaciones para sus amigos, que repartió de forma discrecional.
Fue hasta el jueves 3 de abril que Gattás incluyó en el orden de la sesión de cabildo, un proyecto de modificación del Presupuesto Municipal 2024, 3 meses después de que ya se había gastado el dinero.
Por supuesto, la propuesta fue rechazada por la mayoría del cabildo. Y mire que Gattás intentó de todo, desde las agresiones verbales contra los regidores que alzaron la voz, hasta las chicanerías de confundir el orden del día y las votaciones de los asuntos para salirse con la suya, pero no lo logró.
Su nerviosismo era evidente, pues no dejaba de informar lo que ocurría en la sesión a alguien en el teléfono, suponemos que sería a sus asesores (Gamundi y compañía).
Y es que la consecuencia de esta nueva ilegalidad es grave, pues ahora el cabildo tiene que dar parte a la Auditoría Superior del Estado, quien determinará la naturaleza de los daños.
Las sanciones pueden ser de tipo administrativas, que van desde las amonestaciones hasta la inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Sin embargo, si el desvío o el mal manejo presupuestal implica daño al erario, puede haber denuncias penales por peculado, abuso de autoridad o uso indebido de funciones públicas.
Así como responsabilidad patrimonial, es decir, que Gattás tendría que ser obligado a reintegrar estos recursos.
Además de la Auditoría Superior, el Congreso del Estado también puede intervenir en caso de considerarlo un incumplimiento grave.
Dentro de sus facultades no solo está el emitir exhortos o recomendaciones, sino también llamar a Gattás a comparecer.
E incluso promover la revocación de mandato. Y no, no es una exageración, Gattás ya tiene tres cuentas públicas reprobadas del Ayuntamiento, en los ejercicios 2021, 2022 y 2023.
Y lo mismo ocurre con las cuentas de Comapa Victoria, donde Gattás es el Presidente del Consejo de Administración.
A
sí que cuando la mayoría del cabildo decide detener el Plan de Obras Municipales que propone Gattás, es por una muy buena razón: proteger al pueblo de Victoria y proteger a la capital de Tamaulipas.
Esta es la cuarta vez que Gattás intenta madrugar al cabildo con el plan de obras.
La primera vez fue a mediados de febrero, cuando buscó que le aprobaran un plan de obra pública de tres años, cuando la ley es muy clara y solo permite que sea de un año a la vez.
La segunda vez que el cabildo rechazó el Plan de Obra de Gattás fue a finales de febrero, pues en este plan Gattás incluía obras que el Gobierno de Tamaulipas ya había realizado y quería apropiarse del crédito, y por lo visto también de los recursos.
La tercera vez que Gattás intentó que le aprobaran su plan fue en marzo, sin embargo Gattás no ha constituido un Comité de Obras como lo exige la Ley de Obras Públicas de Tamaulipas, precisamente para fiscalizar las propuestas del alcalde.
Y en esta última ocasión, Gattás presentó una supuesta acta de constitución del comité y un presunto dictamen del programa municipal de obras. Y decimos presunto, porque Gattás los mostró en plena sesión, sin dar tiempo a que los síndicos y regidores del cabildo analizaran su contenido.
Claramente un madruguete para intentar salirse con la suya.
Y como puede ver, esos son los temas de interés urgente para Gattás. Todo lo que se trate de dinero.
Porque no tuvo una sola palabra para los señalamientos que la Directora del DIF Municipal hizo en su contra, acusándolo de tener una nómina de aviadores.
Tampoco se refirió a las protestas que ya son comunes cada semana en la alcaldía, donde los ciudadanos de diversas colonias se manifiestan por la falta de servicios públicos.
Incluso Gattás llegó al grado de mandar instalar candados para evitar que los victorenses no ingresen a la Presidencia Municipal.
Y
ni hablar del corte de agua masivo que dejó a más de 40 colonias sin servicios. Ni una sola palabra.
Para Gattás esos no son temas de interés. Ni que le importara el bienestar de Victoria y de sus ciudadanos.
Pues eso.