La ofensiva cabecista sobre Tamaulipas y el ataque a sus instituciones, es una reacción proporcional al miedo de este grupo político a enfrentar la justicia.
Empezando por el ex gobernador y su hermano. Uno es prófugo de la justicia, el otro perderá su fuero federal en menos de 15 días.
Pero también el miedo de sus cómplices, operadores y de toda la estructura que tejieron cuando gobernaban el estado y de la que aún quedan vestigios.
Cabeza de Vaca perdió su capital político tras el fin de su gobierno, al grado de auto exiliarse por temor a ser encarcelado.
El repudio de los tamaulipecos se lo ganó a pulso durante sus seis años como gobernador. Saqueo, falta de resultados, terror político y regresión al pasado fue lo que se vivió en el estado.
Por eso los desastrosos resultados del PAN en las urnas, primero en 2022 y también en 2024.
Así que lo que tenemos ahora es a un grupo político que busca aferrarse al poder por cualquier medio.
La fantasía que alimentó Cabeza de Vaca de ser figura nacional suena más ridícula conforme se aleja su sexenio. Así que no le queda otra que volver a sus orígenes.
La diferencia es que ahora lo hace con más recursos, pero también con más órdenes de aprehensión en su contra.
A Cabeza le gusta presumir una y otra vez que él sabe ser oposición, y desde ahí justifica su violencia política y su soberbia. Un cuentito que también es parte de su acto con el que busca legitimarse.
Lo cierto es que antes Cabeza no tenía nada que perder y todo por ganar, pero hoy es diferente.
Y lo importante no es si él se lo cree o no. Lo relevante es que su situación jurídica, la de ser un prófugo de la justicia, lo condiciona a él y acorrala a su grupo político.
Cabeza cree que tiene margen de maniobra. No lo tiene. Su último recurso para no enfrentar la justicia es forzar una negociación y eso es lo que está intentando.
Pero cualquier maestra de primaria sabe que con un bully no se negocia, se le disciplina. El abusador no respeta límites y cree que para él no hay consecuencias, por eso reincide una y otra vez hasta que se le marca un alto.
La estrategia cabecista está condenada al fracaso porque se topa de frente con la realidad.
Tamaulipas hoy está mejor que cuando él era gobernador. Los apoyos sociales llegan a los que más lo necesitan, las obras de infraestructura tienen el respaldo y cuentan con los recursos del gobierno federal.
La inversión privada ve al estado como una oportunidad. Las clases marginadas se sienten representadas y son atendidas. El gobierno es parte del pueblo, y no un un club de Toby donde solo caben algunos cuantos.
Sin duda el camino es largo y todavía queda mucho por mejorar, pero hoy sí se vive una transformación social, no como los vientos de cambio que nunca llegaron.
La kakistocracia cabecista se ha convertido en minoría, mientras tanto el Gobierno de Tamaulipas tiene todo el apoyo del Gobierno Federal, de AMLO y de Claudia Sheinbaum.
Las reformas en el Congreso local y las reformas constitucionales que se pondrán en marcha en septiembre próximo han puesto nerviosos a los cabecistas y se nota. Ya quedan 13 días.
Pues eso.
Es bueno saberlo: 1) Este lunes 19 de agosto la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) reanuda sus actividades escolares en todas sus facultades, unidades académicas y escuelas preparatorias en sus ocho sedes universitarias distribuidas en todo el estado.
Con ese motivo, el rector de la UAT, MVZ Dámaso Anaya Alvarado, da la bienvenida a la comunidad estudiantil que se reincorpora a sus clases, así como a estudiantes de nuevo ingreso.
A quienes por primera vez inician su formación en la casa de estudios, el rector les desea el mejor de los éxitos, subrayando que ingresan a la mejor institución de educación superior de nuestra entidad, en la que serán parte de una juventud activa y comprometida que participa día a día en la transformación de Tamaulipas y de México.
Dámaso Anaya ha hecho hincapié en la responsabilidad que tienen los estudiantes como agentes de cambio en la sociedad, y que la apertura del ciclo escolar representa también una oportunidad única para su desarrollo académico, cultural, recreativo, social y deportivo.
El rector ha resaltado también el compromiso de la UAT de ofrecer a la sociedad una educación humanista reconocida por su alta calidad académica.
Alrededor de cuarenta mil estudiantes inician sus actividades en programas de licenciatura, posgrado y bachillerato, así como más de dos mil setecientos docentes distribuidos en las veintiséis dependencias académicas de la UAT.
Este sólido despliegue refuerza la posición de la UAT como la universidad pública más grande y prestigiosa de Tamaulipas.
Este ciclo escolar marca el inicio también del Plan de Desarrollo Institucional (PDI) 2024-2028, denominado “La UAT se Transforma", el cual busca alinear esfuerzos con los objetivos estatales, nacionales e internacionales para construir comunidades sustentables; el plan está enfocado en promover un progreso equilibrado y justo mediante la formación de capital humano especializado con una perspectiva humanista.
El ciclo escolar otoño 2024, programado para iniciar el 19 de agosto y concluir el 6 de diciembre de 2024, incluirá una variedad de actividades académicas y extracurriculares que ofrecerán a los estudiantes la oportunidad de participar en una amplia gama de experiencias educativas.