Con el paquete de 20 reformas constitucionales que presentó este lunes, el Presidente Andrés Manuel López Obrador redefinió el proceso electoral de 2024.
La magnitud de las reformas es tal, que sus implicaciones cambiarán la vida política y social del país.
Incluso si no son aprobadas, o si llegasen a ser modificadas, su mera discusión implica el dominio de la agenda mediática y política por parte del Presidente durante los próximos meses y hasta el fin de su sexenio.
Así que desde el punto de vista electoral, lo que hizo ayer AMLO es una jugada maestra, porque en una tarde le ha quitado el oxígeno a la oposición y le ha marcado la estrategia a seguir a los candidatos de MORENA que participarán en esta elección.
Además, lo hace en el marco del 107 Aniversario de la Constitución Política y mientras la candidata del Frente hace una gira proselitista en los Estados Unidos. Tremendo contraste.
Las reformas que presenta López Obrador son un acto de congruencia con la agenda social que ha impulsado durante todo su gobierno.
Esto es muy importante, porque es precisamente la congruencia del Presidente lo que termina acorralando a la oposición.
Y es que el PRI, el PAN, el PRD, Movimiento Ciudadano y hasta el Partido Verde, tendrán que definir su postura en cada una de las 20 reformas. Algo que pareciera sencillo si no fueran una capirotada ideológica con sus marcadas contradicciones.
Al presentar su paquete de reformas, AMLO fue muy claro en hacer un contraste de lo que sus políticas representan en comparación con las políticas implementadas en los gobiernos priistas y panistas, por Salinas, Zedillo, Fox y Calderón.
Esta comparación parte de lo nacional, pero es precisamente desde lo local donde se entiende su magnitud.
Aquí en Tamaulipas es muy claro que en el sexenio panista no existió una sola política social, mucho menos una visión integral de apoyo a los más necesitados; a los adultos mayores, a los niños y niñas, a las personas con alguna discapacidad, a las madres solteras, a los estudiantes, a los campesinos.
Pero no solo las clases vulnerables fueron marginadas, también la clase trabajadora fue excluida de la visión de gobierno.
Una visión elitista, donde unos cuantos acapararon los recursos del Estado, y que en muchos casos fueron a parar al extranjero.
Sin olvidar los actos de corrupción, que en el sexenio anterior pareciera que se fomentaron como un deporte. Las más de 60 investigaciones en contra los funcionarios cabecistas dan cuenta de ello.
Por eso cuando AMLO habla de contrastes, en Tamaulipas se entiende muy claro a que se refiere.
El Gobernador Américo Villarreal le llama la transformación de Tamaulipas. Una transformación que busca erradicar los vicios del pasado, que tanto daño le hicieron a los tamaulipecos.
Siendo época electoral, a la oposición no le basta con rechazar las reformas, sino que está obligada a presentar una alternativa.
El dilema es que sus promesas nacen huecas, precisamente por los malos gobiernos que encabezaron no solo desde la Presidencia de la República, sino desde los estados y municipios en que gobernaron.
Lo dicho, se trata de una gran estrategia de AMLO, que cayó como balde de agua fría en Washington D.C., donde Xóchitl Gálvez se pasea buscando votos gringos.
Mientras unos pierden el tiempo, otros lo aprovechan. Esto explica la amplia distancia en las encuestas. No hay ningún secreto.
Pues eso.
Es bueno saberlo: 1) Cabeza de Vaca se tuvo que conformar con una foto de meet and greet con Xóchitl Gálvez, en su más reciente gira a Estados Unidos.
Ildefonso Guajardo fue el artífice de la gira de Xóchitl, mientras que a Cabeza apenas se le dio trato de militante.
Ni siquiera porque jugaba de local, Cabeza fue tomado en cuenta. Lo ven como un lastre, un estorbo.
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