Nuevas sub-variantes del COVID-19 llegan México
De acuerdo con científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y con la Agencia de Salud Pública del Reino Unido, se trata de las variantes denominadas BQ.1 y BQ.1.1, cuya contagiosidad y propagación es 30 veces mayor que las otras mutaciones identificadas, además de evadir la respuesta de cualquier vacuna aplicada.
En la plataforma GISAID (Global Initiative on Sharing All Influenza Data), el Instituto Nacional de Medicina Genómica, reportó el primer caso con BQ.1 en una mujer de 40 años, de la Ciudad de México.
En tanto, el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológico, reportó el segundo caso de BQ.1 en una mujer de 45 años, de Querétaro, mientras la variante BQ.1.1 se encontró en una mujer de 48 años, en la Ciudad de México.
La Organización Mundial de la Salud informó que BQ.1.1 se ha encontrado en 29 países, desplazando a la que resultaba, hasta ahora predominante de ómicron, la BA.5.
Síntomas de las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1
William Schaffner, MD, especialista en enfermedades infecciosas y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, señala que las variantes BQ.1 y BQ.1.1 no parecen tener síntomas que los distingan de las variantes anteriores de COVID-19.
“Hasta ahora, no parecen producir una enfermedad más grave, aunque es temprano (...) No hay nada distintivo en sus síntomas que te diga que tienes una variante sobre otra”, señaló el especialista a la revista médica Prevention Health.
Por esta razón, los síntomas de BQ.1, BQ.1.1 y otras variantes de COVID-19 incluyen los siguientes síntomas, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EU:
• Fiebre o escalofríos
• Tos
• Falta de aire o dificultad para respirar
• Fatiga
• Dolores musculares o corporales
• Dolor de cabeza
• Nueva pérdida del gusto o del olfato
• Dolor de garganta
• Congestión o secreción nasal
• Náuseas o vómitos
• Diarrea
¿Estar vacunado contra COVID es suficiente?
Alrededor del 40 por ciento de las personas que fueron hospitalizadas en Estados Unidos con la subvariante de COVID que circuló esta primavera estaban vacunadas y tenían dosis de refuerzo, lo que pone de manifiesto cómo las nuevas cepas han mutado para eludir con mayor facilidad la inmunidad que ofrecen las vacunas actuales.
Los hallazgos de los científicos de los CDC subrayan la importancia de contar con vacunas contra el COVID que sean más eficaces para combatir las subvariantes ómicron.
Entre fines de marzo y mayo, cuando las subvariantes ómicron BA.2 y BA.2.12.1 eran dominantes en EU, las tasas de hospitalización semanal aumentaron en todos los adultos, siendo los mayores de 65 años los más afectados. Aun así, el número total de hospitalizaciones se mantuvo mucho más bajo que cuando dominaba la variante delta el otoño pasado.
La inmunidad de las vacunas empieza a disminuir a los seis meses, por lo que estar al día con las vacunas es clave para estar totalmente protegido. Menos de la mitad de los estadounidenses ha recibido una vacuna de refuerzo.
Los adultos con al menos dos dosis de refuerzo se comportaron mejor que el resto de las personas cuando la BA.2 era dominante.
La mayoría de los pacientes que fueron hospitalizados también tenían al menos una enfermedad subyacente. Los adultos no vacunados tenían más de tres veces más probabilidad de ser hospitalizados, pero las infecciones en vacunados seguían representando un número significativo de los casos graves de COVID, según los datos.
Con información de Bloomberg