La guerra y el frío han matado a 30 niños en Siria

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Las organizaciones Save the Children y UNICEF advirtieron hoy que las bajas temperaturas en el noroeste de Siria y la ofensiva en curso en el último bastión rebelde del país ha provocado la muerte de una treintena de niños de los más de 500.000 que se han visto desplazados por la violencia en la región.

En medio de la intensificación de la ofensiva de las fuerzas gubernamentales desde el pasado 1 de diciembre más de medio millón de personas han abandonado sus hogares y se han dirigido a la frontera con Turquía, y ambas organizaciones han documentado varias víctimas mortales entre los desplazados.

Según la ONG Save the Children, al menos siete niños, incluido un bebé, han muerto recientemente por las bajas temperaturas y las “horribles condiciones de vida” en campos de desplazados de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria y donde el Ejército está llevando a cabo una ofensiva desde abril de 2019 contra las facciones insurgentes.

“A medida que más civiles buscan desesperadamente seguridad en la frontera siria con Turquía, estamos preocupados porque la cifra de muertos aumente dadas las condiciones de vida absolutamente inhumanas” en los campos de desplazados, denunció en un comunicado la directora de Save the Children para Siria, Sonia Khush.

Khush denunció que las mujeres y niños desplazados sufren las bajas temperaturas sin un techo y sin ropa de abrigo, mientras que los que consiguen una tienda de campaña, un colchón y un calefactor se arriesgan a morir asfixiados o calcinados.

Según la organización, en el transcurso de tres días a principios de este mes de febrero, casi 145.000 personas huyeron de sus hogares y más de 80.000 están viviendo al aire libre, en campos cubiertos de nieve y expuestos al frío.

Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) pudo verificar la muerte de 28 niños desde el comienzo de 2020, además de otros 49 que resultaron heridos como consecuencia de la escalada de la violencia en la zona.

UNICEF aseguró en un comunicado que fue informada de que los dos últimos hospitales operativos en el oeste de la provincia de Alepo, donde también hay presencia de grupo armados opositores, fueron atacados, siendo uno de ellos un centro de maternidad y pediátrico.

“La situación en el noroeste es insostenible, incluso para los sombríos estándares de Siria”, aseveró en la nota la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.

“Los niños y las familias están atrapados entre la violencia, el frío intenso, la falta de alimentos y las condiciones de vida desesperadas”, añadió Fore, que pidió que se acabe el “desprecio absoluto por la seguridad y el bienestar de los niños”.

Y apeló a las partes en conflicto a “proteger a los niños y la infraestructura de la que dependen, darles un respiro a las familias y permitir que los trabajadores humanitarios respondan a las necesidades masivas, de conformidad con el derecho internacional humanitario”.

Ayer el subsecretario general de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, alertó de la “horrible” situación en el noroeste de Siria, donde al menos 900.000 personas han abandonado sus hogares por la escalada del conflicto en las provincias de Idlib y Alepo.