Palomita a los diputados

Este miércoles el Pleno del Congreso del Estado aprobará una serie de reformas al Código Civil de Tamaulipas. La iniciativa busca proteger la integridad física, psicológica y emocional, de todos aquellos niños cuyos padres están inmersos en un divorcio.
Se trata, sin duda, de una iniciativa de enorme trascendencia social porque desde hace por lo menos diez años la familia tamaulipeca, y la mexicana en general, vive una crisis terrible, sin precedentes, por tanta separación y divorcios.
De acuerdo con cifras del Poder Judicial del Estado, en la última década se han integrado 256 mil 774 juicios familiares en los juzgados de la materia.
La cifra, desde luego es para asustar. Pero asusta más el crecimiento tan rápido que viene registrando. En 2007 los Juzgados tamaulipecos conocieron de 19 mil 010 juicios familiares, mientras que en 2017 la expectativa es de que se atienda a 30 mil 721 casos, lo que significara una diferencia de 10 mil asuntos.
Bajo esas estadísticas uno puede imaginarse la cantidad de niños que se ven atrapados en el pleito legal de sus padres por la disolución del vínculo matrimonial, o por la disputa de otros derechos como el de los alimentos, la convivencia o la custodia.
De ahí, la trascendencia social que tendrá la acción legislativa que el Congreso del Estado habrá de aprobar ésta semana.
Muchas veces hemos criticado o lamentado aquí las ocurrencias que frecuentemente llevan los diputados a la tribuna para presentarlas como iniciativas, pero en éste caso realmente se trata de un hecho que hay que aplaudir.
La reforma al Código Civil busca frenar esa práctica recurrente de los padres de utilizar a los hijos como instrumento de presión o venganza mutua.
La intención de los legisladores es de que, los padres que manipulen a un hijo para producir en él rechazo, rencor, antipatía, desagrado, temor o distanciamiento, hacia el otro progenitor, pierdan la guarda, custodia o potestad del menor.
Para ello, incorporarán en el Código Civil la figura conocida como la alienación parental, que es precisamente aquella conducta en la que un padre genera en su hijo rechazo, rencor, o temor hacia el otro progenitor.
Cuando ocurre la alienación parental, que es muy frecuente, el daño para el niño es terrible porque lo afecta tanto en lo emocional, en lo psicológico y en lo físico. De ahí la importancia de lo que aprobaran los legisladores. Palomita para ellos.
La reforma al Código Civil dará facultades al Juez para que cuando detecte casos de alienación parental, envíe a los padres a recibir platicas de orientación con especialistas, y además podrá determinar el cambio de guarda, custodia o patria potestad del menor, dependiendo de la gravedad del caso.
Es decir, aquel padre que recurra esa vieja práctica de chantajear o presionar a su parte poniéndole en contra a los hijos, tendrá que pensárselo dos veces. A menos que quiera arriesgarse a perder a sus hijos.

ASÍ ANDAN LAS COSAS
roger_rogelio@hotmail.com