“Mordidas” navideñas
Como ocurre cada año, las autoridades de los tres órdenes de Gobierno activaron, desde los últimos días de noviembre, un programa de protección a los paisanos.
Instalaron módulos de orientación en los puentes internacionales de la frontera tamaulipeca con Estados Unidos e implementaron un operativo de sobrevigilancia carretera.
Hasta los diputados locales que viven en municipios de la frontera se pusieron el traje de policía para sumarse a la tarea. Se trata, desde luego de un traje imaginario.
El propósito, dicen, es darle seguridad a los miles de connacionales residentes en Estados Unidos y que, por tradición, cada fin de año vienen a México para pasar con sus familias las fiestas de Navidad y Fin de Año.
El problema es que, de poco o nada sirve el operativo con todas sus buenas intenciones porque los abusos, robos y extorsiones, hacia los paisanos, siguen ocurriendo año tras año.
Los paisanos siguen representando un bono navideño para muchos oficiales de Tránsito de los municipios fronterizos y policías federales que vigilan las carreteras.
Mientras en los puentes internacionales hay servidores públicos que les dan la bienvenida con una cara sonriente, apenas ingresan a las zonas urbanas de los municipios urbanos y se convierten en presas codiciadas por los agentes de vialidad.
“Ha habido diciembres en que logro hasta cinco mil dólares (de mordidas)” me confesaba no hace mucho un agente de Tránsito de Reynosa.
“Siempre hay una razón para infraccionar a un paisano, y la mayoría de ellos prefiere entregar una “mordida” que perder tiempo acudiendo a pagar la multa” detalló.
El monto de la “mordida” navideña es variable, pero va de los 50 y hasta los 100 dólares, dependiendo de la infracción que se le atribuya al connacional.
Por supuesto que en carretera, la extorsión es mayor. Los Policías Federales son más exigentes a la hora de “morder”.
Bajo esa mecánica, un “paisano” termina pagando en promedio entre 1000 y 1500 dólares por extorsiones en su recorrido por el territorio mexicano. Todo depende de la distancia de su destino. No es lo mismo viajar a Tamaulipas que está pegado a Estados Unidos que ir a Guanajuato, Guerrero, Michoacán, o cualquier otra entidad mexicana.
Entre más lejos esté el destino más serán las “mordidas” que le pegarán.
Esa es la realidad a la que se enfrentan los paisanos. De poco o de nada sirve el famoso operativo creado para protegerlos. Si acaso es útil para el discurso y la foto oficial.
¿Y sabe porque ocurre así? Porque los Alcaldes no han sido capaces de atarles las manos a sus oficiales de vialidad. Ese ha sido , es y seguirá siendo el problema.