Señora Mary, 45 años en la venta de pollo en el mercado Argüelles
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Doña María Contreras Serna, mejor conocida como la señora Mary, llegó a Ciudad Victoria cuando solo tenía 12 años de edad, es decir, era todavía una niña.
Dejó el ejido Matías García, del municipio de Jaumave, cuando en este lugar pegó una fuerte sequía, cuando por la falta de agua su padre, Jesús Contreras Lugo, dejó de sembrar maíz en su parcela, ocasionando esto que en casa comenzara a faltar hasta lo más indispensable.
Por la falta de dinero tampoco pudo seguir estudiando, se quedó solo con los estudios de nivel primaria que hizo en la escuela de su ejido, en la “Guadalupe Victoria”, aún así resultó muy buena para las ventas y para hacer cuentas.
"Cuando terminé la primaria tenía 12 años, me vine a Ciudad Victoria con mi hermana que tenía 19 años; mi primer trabajo fue en una tienda, vendía ropa y telas; ahí duré ocho años trabajando", platica la más chica de cuatro hermanos.
Posteriormente, cuando tenía 20 años, la señora Mary se fue a trabajar a una carnicería; pero las carnes rojas no serían lo suyo, más bien serían las carnes blancas, la venta de pollo a lo que se dedicaría por más de 4 décadas.
Tenía solo 26 años cuando esta incansable mujer llegó a vender los pollos Quinsal, es decir, lleva 45 años de su vida vendiendo pollo fresco.
"Aquí en el mercado llevo 42 años vendiendo pollo, yo inicié en la sucursal Quinsal que está en el cuatro y cinco Carrera Torres, ahí duré tres años; mi patrón me dijo que yo era muy platicadora, que eso le gustaba a los clientes y me pidió que me viniera aquí, al mercado", comenta.
A sus 71 años de edad la señora Mary sigue al pie del cañón, levantándose a las 4 de la madrugada para estar puntual en el puesto que abre desde las 7 de la mañana, pues es en este horario cuando llegan al local los padres de familia, después de dejar a sus hijos en la escuela.
Su patrón, al que recuerda con mucho cariño porque siempre la trató bien, falleció hace algunos años, ahora es su hijo el que se encarga del negocio, y al igual que su padre, le tiene gran aprecio a la señora Mary.
"A mi actual patrón yo lo cargué de niño; son personas muy buenas y muy católicas; su padre me enseñó muchas cosas, me decía que siempre sonriera y diera buen trato a los clientes porque gracias a ellos comemos, y desde entonces lo he venido haciendo".
Aunque vender pollo fresco pareciera fácil, no lo es, para hacer los cortes la señora Mary utiliza una cortadora muy filosa, pero es tan cuidadosa que en sus 45 años jamás ha tenido un accidente.
"Mi patrón siempre me dijo que cuando estuviera utilizando la cortadora de pollo no me distrajera, que si un cliente me hablaba que no volteara a verlo, que simplemente le dijera que me esperara tantito, en lo que terminaba", dice.
Además, confiesa, hay clientes que llegan muy malhumorados al local, y algunos hasta caen en la prepotencia.
"Hace como tres años llegó un hombre diciéndome que era el papá de una diputada, que le debería regalar el pollo; llegó muy prepotente y hasta diciendo maldiciones, a esa gente simplemente no le haces caso".
Sobre su vida personal la señora Mary nos comparte que enviudó hace 25 años y que tuvo tres hijos de los cuales uno falleció hace siete años.
Esta es la historia de una gran mujer que desde los 12 años ha trabajado incansablemente y que hoy a sus 71 años sigue igual de activa y llena de energía.