“La cocina y yo siempre nos hemos llevado bien”

Martha labora en un puesto de gorditas y los fines de semana también vende en su casa. Ha sacado a sus hijos adelante #HistoriasCotidianas #5inco #CdVictoria 
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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Desde abril pasado, Martha Moreno trabaja en el puesto del 7 y 8 Matamoros; tortea gorditas de maíz a mano.

Por un sueldo de 1,000 pesos a la semana, la habitante de la colonia Buena Vista se levanta todos los días a las 4 de la mañana a preparar los guisos con los que rellena las gorditas.

Son dos kilos de masa los que hace a diario, comenta, también hace sopes, tortillas de harina, flautas y tostadas.

Martha no está sola en el puesto, junto con ella trabaja su esposo y una de sus hijas; tuvo 3 hombres y 2 mujeres.

La mujer de 60 años de edad también trabaja en su casa; por las noches vende gorditas, hamburguesas y hotdogs.

“En mi casa tambien vendo gorditas, hotdogs, hamburguesas, antes vendía todos los días, pero ya me canso, ahora solo vendo los fines de semana”, dice.

Y es que a Martha todavía le queda un hijo soltero al que ayuda económicamente; el joven estudia la carrera de licenciado en Derecho.

A sus otros hijos también los apoyó; una es secretaria y otro es estilista, tiene una estética en Reynosa.

Además, Martha debe trabajar para poder sacar los 1,000 mil pesos que le cobran al mes de renta, ella no tiene casa propia.

Dice que desde que se casó siempre ha rentado.

Antes de trabajar en este puesto del 7 y 8 Matamoros laboraba como cocinera en una guardería.

“Yo y la cocina siempre nos hemos llevado muy bien, gracias a ello hemos podido sacar a nuestros hijos adelante”, dice 

Fue gracias a su mamá, agrega, que aprendió a cocinar.

“Me dicen que tengo muy buena sazón y yo creo que sí, porque a la gente le gusta lo que preparo”, expresa.

Además de buen sazón Martha tiene el puesto impecable, todo está muy limpio.

Por si gustas venir a probar los sabrosos guisos que prepara Martha la encuentras en el puesto de 6:30 de la mañana a 2 de la tarde, todo está para chuparse los dedos, riquísimo.