Historias Cotidianas: Doña Juana viaja desde Jaumave todos los días para vender su mercancía
Ciudad Victoria, Tamaulipas; Juana Serna lleva 20 años vendiendo gorditas de horno afuera de la Basílica de Nuestra Señora del Refugio.
Ahí, en el 8 Morelos, sentada en unos escalones, cumple una pesada jornada que inicia a las siete de la mañana y concluye a las 3 de la tarde.
La mujer de 64 años de edad, a quien la vesícula cada vez la da más problemas, viene desde un ranchito de Jaumave.
Paga 160 pesos al chofer de una camioneta por traerla y llevarla de regreso.
Aunque vendiera toda su mercancía antes de las 3 de la tarde, lo cual nunca ha ocurrido, no puede regresar a su casa porque debe esperar la camioneta.
"Somos varias personas las que nos venimos en la camioneta a vender aquí", dice.
Mientras pica sus nopalitos, pues además de gordas de horno vende pitayas, pemoles, hojarascas y marranitos, platica que toda su mercancía la compra.
Son 600 pesos los que cada miércoles y sábado debe reunir para pagarle al hombre que le lleva los nopales, las gordas de horno, los marranitos y las pitayas.
“Está bien difícil, a veces no junto los 600 pesos, le digo al señor que me dé más días para poder pagarle", comenta.
Aunque el esposo de Juana, de oficio ayudante de albañil, tiene siete hectáreas en Jaumave, no le sirven de mucho porque no son de riego; solo si llueve pueden sembrar.
Juana tuvo 8 hijos, tres hombres y 5 mujeres, uno de ellos ya falleció.
El oficio de vender lo heredó de su madre, quien duró 30 años realizando esta actividad en la zona centro.
Si tienes oportunidad apoya a Juana comprándole sus nopales, pitayas, pemoles y gordas de horno.
Dios bendiga a la gente del campo que se ven obligados a emigrar a la ciudad para poder subsistir.
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