Hay agua en abundancia y Gattás la sigue negando

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Hartos de esperar 3 meses el envío de agua a sus tomas domiciliarias por parte del alcalde Eduardo Gattás Báez, decenas de vecinos de la colonia Enfermeras acudieron esta mañana a la Comapa a exigir este servicio, que puntualmente se les cobra cada mes sin ningún descuento, aún y cuando no lo reciben.

Una de las inconformes llamada Erika Tirado manifestó que ellos habían sido pacientes, porque se les decía que la presa Vicente Guerrero estaba muy seca.

Sin embargo, ahora que hay vital líquido en abundancia en ese embalse, se lo siguen negando a gran parte de este asentamiento humano, pues hay casas en donde algunas veces reciben un chorrito por breve tiempo y aparte sucio.

Hay que señalar que también se han recuperado el manantial La Peñita y los pozos de la zona norte y otros puntos de Victoria, gracias a las lluvias generadas por las tormentas tropicales Alberto y Chris, además de un disturbio tropical.

“Antes nos decían que porque la presa (Vicente Guerrero) estaba seca, no había agua, lo entendíamos, pero ahorita ya hay agua”, expresó Tirado.

“Hay colonias alrededor, nosotros somos de Enfermeras, que tienen agua, nosotros no tenemos agua en la llave, ni pipas”, agregó.

“La molestia es por que pagar por un servicio que no nos dan”, abundó.

Los quejosos advirtieron que Gattás Báez simula suministrar agua de pipa a esta colonia, pues algunos días envía pipas pequeñas a surtir a ciertas casas y no a todas, pues se retiran sin atender a la mayoría y no vuelven, además de que los choferes de las mismas son groseros.

Apuntaron que ellos son personas de bajos recursos económicos, por lo que no pueden estar comprando agua a camiones cisterna particulares, ya que eso representa un gasto de alrededor de 800 pesos a la semana.

“Vino una vecina el lunes y le dijeron: ‘no le vamos a dar pipas más que a los que vengan’ ¿Aquí nos quieren tener? Aquí vamos a venir”, expresó otra de las manifestantes”, expresó otra de las manifestantes.

“Es tan horrible lo que están haciendo porque, ¿como es posible que la gente salga de sus hogares o de sus ocupaciones, para que puedan mandar pipas?”, agregó.

“Ahora, mandan pipas, mandan pipas chicas, mandan a ciertas casas nada más y no mandan suficiente y dicen: ‘se me acabó el agua, de rato volvemos’; y ya no vuelven los piperos”, abundó.