Enrique es un padre ejemplar: como chofer ayudó a sus hijos triunfar
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Enrique Hernández ha sido un padre ejemplar: trabajó muchos años como chofer particular para que sus dos hijos fueran profesionistas, y lo logró; uno es abogado y el otro enfermero.
Sus hijos le han dado dos nietas a las que quiere y disfruta mucho. La pequeña que tiene 5 años, vive con su mamá en casa de sus abuelos, es decir, en la casa de Enrique y su esposa. También tiene otra nietecita de meses.
Cuando Enrique habla de sus nietecitas se emociona al grado de que se le asoman las lágrimas, a ambas las quiere mucho.
Debajo de un árbol de mezquite, donde tiene su puesto de tamales de acelga, Enrique nos platica el giro que dio su vida, el por qué en lugar de andar trabajando de chofer está aquí, afuera del panteón de la Cruz con su vaporera.
"El 26 de septiembre del 2010 mi familia y yo veníamos de regreso de vacaciones, cuando estábamos en el ejido El Olivo una camioneta lobo nos impactó, todos quedamos gravemente heridos", relata.
Sus pequeños hijos sufrieron cortaduras en la cara, porque con el impacto se quebró el parabrisas y los vidrios de las ventanas del auto; su esposa sufrió una herida profunda en el pecho y a él le pusieron 10 tornillos en su pierna derecha, porque el día del accidente quedó atorada en uno de los asientos.
"La persona responsable del accidente nunca se hizo cargo de los gastos, como Dios nos dio a entender nosotros tuvimos que cubrir todo, donde trabajaba me dijeron que como el accidente no fue en el trabajo, no se hacían cargo de los gastos", platica Enrique.
Fueron, dice, tres largos años lo que les llevó recuperarse; algunas veces internados en el hospital y otras veces en terapia.
"Mi pierna derecha es más chica que la otra, así me quedó, es por ello que ya no quise trabajar de chofer, además en esos trabajos no tienes vida propia; yo tuve un jefe muy borracho, se la pasaba de fiesta y yo tenía que esperarlo hasta las tres o cuatro de la mañana para llevarlo a su casa".
Incluso, agrega, cuando va a cambiar el tiempo, cuando está nublado como hoy, arrastra su pierna porque no aguanta el dolor.
Fueron varios patrones los que tuvo Enrique cuando trabajó como chofer; con uno de ellos duró 10 años, cuando éste ya no necesitó de sus servicios lo despidió sin darle indemnización.
Por este tipo de abusos es que Enrique ha preferido ayudarle a su esposa a vender tamales; él lo hace en la colonia Azteca, afuera del panteón de la Cruz y su esposa se instala en el Centro de Salud de la Nuevo Santander.
Hacen tamales de puerco y pollo, en hoja de acelga y también de maíz, cada pieza la venden en 30 pesos.
También hacen pedidos para fiestas, su teléfono celular es el 8342692024.
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