Aldo no puede caminar, pero tiene ‘alas’ para perseguir sus sueños 

Lleva 23 años como bolero en la plaza Hidalgo #HistoriasCotidianas #5inco 

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Hace 30 años, tras sufrir un accidente, Aldo Sánchez Cruz perdió la movilidad de sus piernas; no puede caminar.

Fue en Estados Unidos, cuando trabajó como cocinero en un restaurante, donde se lesionó la columna al grado que sus piernas quedaron paralizadas.

“Me deprimí tanto que caí en el alcoholismo, empecé a beber mucho; a lo que nunca le hice fue a la mota y a la coca”, expresa.

En aquel entonces Aldo era un jovencito y no entendía cómo de un día para otro ya no podía caminar.

“Fue algo muy fuerte para mí porque perdí todo, mis piernas, mi trabajo, mis ganas de vivir”, comenta.

 

Fue en Houston en donde estuvo de inmigrante, allí duró seis años trabajando de cocinero en restaurantes.

Al quedarse sin trabajo optó por venirse a radicar a la frontera, a Reynosa, donde conoció a la madre de sus tres hijos.

Fue su esposa la misma que le aconsejó se vinieran a vivir a Victoria; un tiempo vivió en el 5 Matamoros y ahora, desde hace nueve años, vive en la colonia Estudiantil.

A pesar de que anda en sillas de ruedas Aldo no se da por vencido; de los 55 años de edad que tiene en la actualidad, lleva 23 años dedicado a lustrar calzado en la plaza Hidalgo, la del ocho.

A su hijo el mayor, quien tiene 27 años, le pagó la carrera de licenciado en Derecho; estudió en San Luis Potosí.

 

“Dios es grande, yo me aplico a trabajar y el dinero llega; mi satisfacción es que mi hijo el grande ya está trabajando como abogado”, dice.

También tiene una hija que recién terminó la preparatoria y otra que entrará a preescolar.

Aquí en la plaza Aldo es muy querido por todos, incluso algunos que trabajan en Rectoría hasta las llaves de su auto le confían; se las dejan por si hay que mover el vehículo que dejan mal estacionado.

Ha hecho muchos y grandes amigos, recuerda cuando el ex rector Jesús Lavín Santos del Prado le pagó la carrera de Psicología.

“Me quedé en quinto semestre, Jesús Lavín duró muy poquito como rector de la UAT, Geño lo quitó y ya no pude seguir estudiando”, expresa.

 

También conoció a Francisco de la Rosa Buenrostro, ex delegado del Infonavit.

“Cuando llegó a Victoria solo tenía dos pares de zapatos, yo lo conocí bien, antes de ser delegado era gerente de Banamex”, recuerda.

“Un día, para ayudarme, cuando ya era delegado del Infonavit, me mandó 30 pares de zapatos para que se los boleara, todos eran zapatos comprados en Nueva York”, agrega.

De su oficio de bolero, dice, lo que más extraña es que la gente ya casi no platica con él, la mayoría se la pasa viendo el celular mientras Aldo le saca brillo a sus zapatos.

Si tienes oportunidad llévale a Aldo tu calzado para que lo lustre; en estas vacaciones no le ha ido bien y necesita dinero porque su pequeña hija entrará a preescolar.

Además de bolear tu calzado por solo 30 pesos, Aldo también hace trabajos de poner suela, tapas y sutura.

Él llega aquí a la plaza desde las 6 de la mañana y se retira a las 4 de la tarde.